Si el dolor proviene del cáncer, puede ser porque el cáncer está creciendo dentro del tejido circundante o lo está destruyendo. A medida que el tumor crece, puede presionar nervios, huesos u órganos. También es posible que el tumor segregue sustancias químicas que pueden provocar dolor. O bien, la reacción del organismo a las sustancias químicas puede provocar dolor.
Existen varias formas. Una de ellas consiste en eliminar la causa del dolor mediante cirugía, quimioterapia, radiación u otro tratamiento.
Si esto es imposible, los analgésicos generalmente pueden controlar el dolor. Algunos de estos medicamentos son:
• Analgésicos de venta libre y recetados, como aspirina, paracetamol/acetaminofeno (Tylenol y otros) e ibuprofeno (Advil, Motrin IB y otros)
• Medicamentos opioides débiles (derivados del opio), como la codeína
• Medicamentos opioides fuertes, como la morfina
Fuente:
Mayo Clinic.